Nn más papayazos

Por: César Rodríguez Granados | El comentado debate de radio y televisión del pasado 18 de abril con la participación de  la mayoría de los candidatos presidenciales, sirvió para conocer un poco más a los aspirantes a la Presidencia de la República y su pensamiento sobre el manejo de la problemática colombiana desde el solio de Bolívar y ocasionalmente se prestó para servir en bandeja la extravagante “papaya politiquera” u oportunidad que esperaba, desde semanas atrás, el dictador venezolano Hugo Chávez Frías, tal vez cansado de atropellar a los colombianos residentes en su país, acusados de espionaje, en su delirio de declararle la guerra a Colombia. Y, así,  una vez abierto el portillo de la papaya partida, volvió a la carga para inmiscuirse sin ningún recato político, por enésima vez, en los asuntos internos de Colombia.

 

Los “expertos en cuestionarios”, ---- según parece es una pléyade mediática nacional----, pusieron contra la pared a los candidatos presidenciales, pues, obligatoriamente debían responder a interrogaciones sobre situaciones inciertas en  el manejo de hechos hipotéticos que podrían ocurrir en el futuro en territorio de  los países limítrofes con Colombia, para lo cual adoptaron como modelo la operación militar que dio de baja el 1º de marzo de 2008 a Luis Edgar Devia Silva, alias “Raúl Reyes” y a 24 guerrilleros más, en jurisdicción de Santa Rosa de Sucumbíos, Ecuador.

 

Y claro está a papaya puesta, papaya partida… De inmediato, al día siguiente “el bocazas venezolano”, durante su perorata de celebración  del Bicentenario de la Independencia  de la Patria del Libertador, acometió contra los candidatos y las respuestas que habían dado la noche anterior frente a la radio y a la televisión de una misma empresa.

 

Todos sabemos que ninguna de las respuestas constituyó ni la mínima amenaza para la seguridad nacional y la soberanía de los países vecinos y los del cono sur, en general. Como era apenas previsible y de costumbre  al coro de “protestas bolivarianas” se sumó por defecto el Presidente  Rafael Correa del Ecuador, quien  envalentonado por los susurros de apoyo bélico del barinés, en la última semana hizo a un lado a su Canciller para amenazar directamente a Colombia con posibles respuestas militares, si se repitiera una operación armada similar a la que puso término a la vida de “Raúl Reyes”.

 

Vamos a completar dos semanas desde cuando los candidatos presidenciales, sin la menor vacilación, expusieron su respectivo criterio personal para el manejo de situaciones ficticias a futuro, que, en el manejo responsable de las relaciones diplomáticas internacionales de un país no tienen cabida, ni se les debe dar curso mediático en guarda de la seguridad nacional colombiana y de una política de buena vecindad. Más serio  y responsable hubiese sido negarse a responder, habida cuenta del deterioro actual de las relaciones diplomáticas y comerciales de Colombia con Ecuador y Venezuela y de las ganas personales del chafarote del palacio de Miraflores por estrenar su arsenal ruso y chino.

 

Pero mucho más plausible, y con todo respeto por la libertad de expresión, hacia el futuro y ojalá  hasta el 30 de mayo próximo,  sería que los comunicadores de radio y televisión encargados de elaborar los cuestionarios con destino a los candidatos presidenciales, se abstengan de atizar el fuego en contra de Colombia y dirijan sus interrogantes en procura de las posibles soluciones a los problemas reales de la Nación que, no son pocos, en materia de salud, educación, seguridad, etc., dejando de lado el planteamiento de situaciones hipotéticas y encarar con profundidad y certeza profesional la realidad, una realidad  representada por un dictador venezolano que no sabe cómo emplear su recién adquirido poder bélico, exhibido durante varias horas el 19 de abril en el enorme desfile militar en Caracas, acompañado de sones marciales y consignas y bravatas contra el imperialismo y sus obsecuentes servidores... 

No confundamos la prudencia que se exige en la actualidad internacional con el temor que ninguno de los colombianos sentimos. No más papayazos para la pandilla de Chávez Frías…

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