Por: César Rodríguez Granados | La suerte adversa, ha sido una constante en el destino histórico del hermoso pueblito de Pajarito, último bastión boyacense antes de ingresar el viajero a territorio del pujante Departamento de Casanare, cuando se desplaza por la Carretera del Cusiana en el trayecto entre Sogamoso y Aguazul.
Pero, ¿cuándo empezaron los padecimientos de Pajarito? Muy seguramente, cuando en los albores del Siglo XX, la salina que allí era explotada desde la época colonial, fue sepultada por un gigantesco deslizamiento de tierra, muestra patente de la inestabilidad geológica de una amplia zona, situación, que de hecho, ha atenazado e impedido el desarrollo y progreso de Pajarito, especialmente de su cabecera municipal y se presenta como la muralla contra la cual se estrellan todas las esperanzas de crecimiento de su casco urbano y de ver concluida la construcción de la Carretera del Cusiana, que así como la aorta es la principal arteria del cuerpo humano, la vía terrestre del Cusiana es la aorta de su economía.
Por su ubicación geográfica y topográfica así como por sus condiciones geológicas, el ya reducido sector urbano de Pajarito hace que sean ínfimas sus posibilidades de expansión. Geomorfológicamente, es un reducido valle encajonado por laderas escarpadas víctimas de los desplazamientos de masas del suelo, causados por exceso de agua en los terrenos y por efecto de la fuerza de gravedad, los cuales han ocurrido desde siempre en el lado occidental y por las embestidas de las crecientes invernales del Río Cusiana en la área oriental.
La pluviosidad invernal, contribuye mucho a la inestabilidad geológica, la cual se manifiesta por incesantes derrumbes de todos los tamaños, evidentemente desde el sitio de Curisí hasta la vecindad del destartalado puente sobre el Río Cusiana, un par de kilómetros abajo del casco urbano propiamente dicho. La deforestación de las zonas altas por las talas indiscriminadas y por las “quemas” o incendios forestales provocados por los colonos de las áreas selváticas, contribuyen a agravar los problemas de erosión y de supervivencia de Pajarito, en el sitio que ocupa en la actualidad.
En la zona de Corinto, jurisdicción de Pajarito, está el “Salto de Candelas”, espectáculo majestuoso protagonizado por el Río Cusiana y fuente potencial turística, tan pronto se superen algunos “inconvenientes” de seguridad pública. Y, además, los pajariteños se sumen colectivamente a la idea de reubicar a Pajarito, en la zona de Corinto, hecho que lo convertiría en un polo de desarrollo turístico con todas las consecuencias positivas de tal determinación, tales como: el desarrollo económico, social, cultural y de progreso de la población.
Además, contaría con una Carretera del Cusiana hasta Corinto, totalmente pavimentada como lo está en la actualidad, sin depender entonces de lo que ocurra geológicamente más abajo como es su tragedia actual de aislamiento y retraso del progreso, no obstante los muchos esfuerzos que hacen autoridades y vecinos para salir del sopor del progreso. ¡Pobre Pajarito! Canta, canta, Pajarito // canta, canta tu cantar, // que el buen tiempo se acerca // podrás salir a volar.
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